OBISPO DE MANIZALEZ 1933- 1934,
ARZOBISPO TITULAR DE ENO Y ARZOBISPO COADJUTOR DE BOGOTÁ CON DERECHO A SUCESIÓN 1934- 1942,
ARZOBISPO DE POPAYÁN 1942- 1944,
ARZOBISPO TITULAR DE OXIRINCO 1944- 1966
Nació en Rionegro -Antioquia el 17 de enero de 1882 y en la iglesia de esa misma población fue bautizado el día 28 del mismo mes. Hijo de José María González y Obdulia Arbeláez, su abuelo el luego Rvdmo. P. José Joaquín González (quien tomó los hábitos después de viudo, fue párroco de Rionegro y reconstruyó la iglesia parroquial). Realizó sus primeros estudios en el Kinder de las Señoritas Campuzano que eran sus parientes. Cursó sus estudios primarios y parte de la secundaria en el colegio de Rionegro. Desde 1903 se matriculó en el colegio del padre Sotero en el segundo grado de Bachillerato y en 1906 terminó sus estudios como Bachiller técnico, en ese colegio anexo a la Universidad Técnica de Antioquia. Los jesuitas, que predicaron unos retiros por el oriente antioqueño junto al Ilmo. Sr. Caycedo, le ofrecieron ingresar al seminario de Medellín, así aceptó una beca dad por el Arzobispo de Medellín en 1907. Así, a los 16 años de edad, ingresó en el Seminario de Medellín comenzando sus estudios en 1908; allí realizó la filosofía que terminó en sólo 2 años y cuatro años de teología, culminando sus estudios en 1913 a los 21 años. El 22 de noviembre de 1912 recibió el subdiaconado. Fue nombrado Prefecto General y Profesor en el mismo Seminario a principios de 1914 y en ese mismo año recibió el Diaconado. El 17 de enero de 1915, luego de dispensa por edad, fue ordenado sacerdote en Rionegro por el Ilmo. Sr. Dr. don Manuel José Caycedo; contaba entonces 23 años de edad. Su primera misa la celebró junto al mismo arzobispo en Rionegro. Continuó frente a la Prefectura General del Seminario que entonces estaba en un viejo local por la calle Caracas en Medellín. Fue enviado por el Ilmo. Sr. Caycedo a Europa a perfeccionar sus estudios en Ciencias Sagradas y Régimen de Seminario y así partió el 4 de agosto de 1921 llegando primero a París y en octubre se matriculó en el Seminario de San Sulpicio de esas ciudad, luego de 1 año pasó a Roma y allí estudió en los colegios Angélico y Lateranense; estando allí el Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Dr. don Basilio Pompilj le ofreció una cátedra pero no la aceptó. Regresó a Francia y visitó Londres, luego viajó por Inglaterra, Norte de España, Alemania, Suiza y Egipto, pasó a Palestina llegando a Jerusalén el 29 de agosto de 1984; de regreso en Roma asistió a varias ceremonias y canonizaciones pontificias. Obtuvo el Doctorado en Teología en 1925 y regresó a Colombia, acompañando en barco al nuevo Nuncio Apostólico en Colombia el luego Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Paolo Giobbe. A su regreso a Colombia, fue nombrado temporalmente Vicario Sustituto en la población de El Retiro, estando allí hasta final de 1925. Predicó en el desfile de celebración por los 250 años de la erección de la villa de Medellín. El 12 de diciembre de 1925 fue nombrado Rector del Seminario Conciliar de Medellín cargo que desempeñó por 8 años desde su posesión en enero de 1926 hasta el 23 de noviembre de 1933, en ese tiempo se reconoce como la edad de oro de dicho seminario el cual trasladó a un nuevo y amplio edificio (actual Centro Comercial Villanueva de Medellín) el 28 de agosto de 1928 y que se construía desde hacía 8 años. Durante esos años dictó clases de Teología Dogmática, de sagrada Escritura, Oratoria Sagrada…etc., en la Escuela de Derecho fue Profesor de Derecho Romano; se destacó para entonces como Filósofo Humanista y Sociólogo. En dicho seminario se formaron varios de los más grandes prelados de Colombia. Fue reconocido como un gran orador, así pronunció la oración fúnebre a la muerte del Ilmo. Mons. José Joaquín Arteaga y a la muerte del presidente Marco Fidel Suarez. Desde su regreso de Roma se hablaba entre el clero sobre su nombre para el episcopado y así en este tiempo le fueron ofertadas varias importantes mitras en el país, como la sede de Pasto (1930) que no aceptó, y la Coadjutoría en la sede Metropolitana de Medellín, pero el Ilmo. Sr. Caycedo se opuso a que le designaran un Coadjutor (Botero Restrepo, 1978).
El 3 de julio de 1933 fue preconizado para Obispo de Manizales, cargo que aceptó con “humildad y lágrimas”. El 29 de octubre de 1933 recibió la consagración episcopal en la Catedral Metropolitana de Medellín “Villanueva” (el primero consagrado allí), de manos del luego Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Paolo Giobbe, asistido por el Ilmo. Sr. Dr. don Tiberio de Jesús Salazar y Herrera y por el Ilmo. Sr. Dr. don Francisco Cristóbal Toro Correa; contaba entonces 41 años de edad, uno de los obispos más jóvenes de Colombia para entonces. La ceremonia contó con la presencia del Ilmo. Sr. Caycedo y otras personalidades. Escogió como lema de su escudo episcopal la frase latina “MIhi vivere Christus, auspice Maria” y en su anillo episcopal mandó grabar la efigie de María. Permaneció despachando desde el seminario hasta el 13 de noviembre de 1933 cuando salió de allí y partió a Manizales. Tomó posesión en la catedral de esa ciudad el 4 de diciembre de 1933 y en esa sede organizó la curia, el Seminario y la Administración diocesana. En diciembre de 1933 fundó la Comunidad de Hijas de María Deificadora que se extinguió en 1943. El 6 de mayo de 1934 consagró a su Vicario General el luego Excmo. Sr. Dr. don Diego María Gómez, como Obispo de Pasto. Visitó las parroquias del Noroeste de la diócesis. También fundó el teatro San Juan Bosco al lado de la Catedral de la Inmaculada; y fundó el Colegio de Nuestra Señora del Rosario, que fue una de sus principales obras (Botero Restrepo, 1978). En esta sede de Manizales, hizo varias ordenaciones sacerdotales, atendía cordialmente a sus sacerdotes, les predicaba ejercicios, atrajo a laicos; defendió los derechos de los pobres, campesinos, obreros y a sus eclesiásticos (Mejía Escobar, 1971). Continuó la obra de la catedral e hizo progresar la obra de la Acción Católica. En esta sede gobernó poco menos de un año.
En el consistorio del 6 de junio de 1934 S.S. el Papa Pío XI lo preconizó Arzobispo Titular de Eno, provincia romana de Rodope, y Arzobispo Coadjutor de Bogotá, con derecho a sucesión. Elevado cargo al que llegó siendo aún muy joven y con solo un año de ser obispo, fue recibido con recelo por el clero capitalino. En este tiempo asistió en Buenos Aires –Argentina al XXXII Congreso Eucarístico Internacional, realizado entre el 9 y el 14 de octubre de 1934, viajó en barco desde Guayaquil –Ecuador, al lado del legado Pontificio y Secretario de Estado de la Santa Sede, el entonces Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Dr. don Eugenio Pacelli, futuro Papa Pío XII; al Congreso asistieron más de 200 obispos de diversos países. A su regreso visitó Quito. Llegó a Bogotá el 6 de enero de 1935 cuando llegaron las bulas y tomó posesión de su cargo en la catedral el 14 del mismo mes. El Ilmo. Sr. Dr. don Ismael Perdomo Borrero lo nombró Vicario General de la Arquidiócesis de Bogotá. Continuó como Administrador Apostólico de Manizales. A comienzos de 1935 preparó el 2do Congreso Eucarístico Nacional y además expidió el decreto para la celebración de Congreso Eucarístico Diocesano en Manizales. En este tiempo en Manizales promovió a Eucaristía entre los niños, el 21 de junio de 1935 erigió canónicamente la casa de beneficencia de las Hermanas Consoladoras del Sagrado Corazón, rebajó los sueldos de la curia y decretó la construcción del nuevo Seminario de Manizales. Como Administrador Apostólico de Manizales se desempeñó hasta el 23 de diciembre de 1935 a la llegada y posesión del nuevo Obispo de esa sede. Participó en el segundo Congreso Eucarístico Nacional realizado en Medellín desde el 14 de agosto de 1935, justo en tiempos en que comenzó el enfrentamiento la Iglesia y el estado. Para el mismo había viajado desde Bogotá a Medellín con el Santísimo a bordo de un avión trimotor, contra la expresa voluntad del Vaticano, que prohibía volar con la sagrada forma ante la eventualidad de un accidente. En dicho Congreso habló contra la prensa anticatólica. Y se pronunció en contra de lo expresado por el Consejo de Bogotá, que había sido invitado al Congreso que tenía apoyo oficial, pero los miembros del Consejo señalaron que para unirse al certamen “los prelados colombianos se pronunciaran favorablemente sobre la reforma del Concordato, el establecimiento de la educación laica, la supresión de las misiones catequizadoras, la adopción del divorcio vincular” y otros puntos. Calificó la proposición del Concejo como “ruin, infame, desvergonzada y canalla” y tomó juramento a la multitud "de defender la religión católica a costa de la vida misma". Esta instigación le atrajo la ira del gobierno. A comienzos de 1936 fue nombrado Asistente Nacional de la Acción Católica. Estimuló Sindicatos de orientación Católica, en contraposición a los de tendencia izquierdista y a la creación del Frente Popular del Presidente López en 1936. En este tiempo se escuchó que el prelado no tenía el Derecho a Sucesión, pero esto era falso. Trasladó la casa madre de las Hermanas Deificadoras a Bogotá y de allí salieron hermanas a fundar las casas de Tunja, Villeta, Buga, Pamplona y Cúcuta. Desde el 15 de junio de 1936 cuando el Ilmo. Sr. Perdomo viajó a Europa, pensando que el clero capitalino no estaría conforme de ser gobernado por un Antioqueño, y, de acuerdo con el Nuncio el Ilmo. Sr. Perdomo, se determinó que no era prudente que estuviera en la capital y que era mejor ocultarse un tiempo hasta el regreso del Arzobispo Titular. Así, de modo obediente, se ocultó en la finca “La María”, y se dice que desde entonces comenzó una especie de persecución en su contra. Ayudó al Ilmo. Sr. Toro por el restablecimiento de la diócesis de Antioquia hasta entonces unida a Jericó. Continuando como Asistente Nacional, fue nombrado Asistente Arquidiocesano de la Acción Católica el 19 de febrero de 1937 y autorizado para organizar la junta ejecutiva. Creó la casa editorial Lumen Cristi en la capital. Convocó el primer Congreso Nacional del Jocismo, Sección de la Acción católica, en Ibagué el 3 de mayo de 1938; y en agosto de ese mismo año convocó al Congreso Nacional de Maestros Católicos. Desde el 11 de abril de 1939 cuando el Ilmo. Sr. Perdomo partió rumbo a la visita Ad Límina en Roma, quedó constituido como Administrador de la Arquidiócesis de Bogotá con todos los derechos de gobernante, aunque sólo se encargó de lo más necesario y urgente. Junto al Ilmo. Sr. Builes se opuso al proyecto de matrimonio civil obligatorio que se proponía y avanzaba en el congreso y es tildado de aliado de los conservadores (Botero Restrepo, 1978). El 17 de enero de 1940 celebró con mucha pompa sus bodas de plata sacerdotales en la misma ciudad de Bogotá, rodeados de sus amigos más cercanos. En diciembre de 1941, previendo la tormenta que se avecinaba, se retiró a Sotaquirá en busca de descanso. Tal vez por diversas presiones y preocupado dado que se había convertido en signo de contradicción para políticos, algunos gobernantes y eclesiásticos influyentes, presentó renuncia el 13 de febrero de 1941 y de nuevo el 6 de junio y el 29 de julio de ese mismo año. Así, en febrero de 1942, la Santa Sede le aceptó la renuncia al cargo de Arzobispo Coadjutor de Bogotá con Derecho a Sucesión, «por razones eclesiásticas».
El 20 de junio de 1942 S.S. el Papa Pío XII lo nombró Arzobispo de Popayán. Pasó a Antioquia y Caldas donde presidió varias ceremonias religiosas; de ahí pasó a Buga a presidirlos retiros espirituales en su comunidad de las Deificadoras. Posteriormente por vía Palmira, Piemdamó y luego a la capital del Cauca. Tomó posesión como Metropolitano en Popayán el 28 de julio de 1942. Le obsequiaron un anillo que perteneció al Ilmo. Sr. Mosquera, como homenaje. Al terminar la ceremonia, el poeta Guillermo León Valencia pronunció, en el atrio de la catedral, una formidable oración: «A la manera de un aerolito descendido de altura inconmensurable, ha caído en Popayán este colosal diamante, fascetado de todas las virtudes [...] y cuya estela de luz al descender iluminará por mucho tiempo el horizonte oscuro de la Patria, como relámpago en la noche». Su traslado a esta sede de Popayán dio lugar a muy enconadas interpretaciones, momento difícil en la historia eclesiástica colombiana, incluyendo los sucesos del Teatro Colón de Bogotá (durante un discurso del ministro de Educación, Germán Arciniegas), el 29 de junio de 1942, cuando los enemigos de la revisión del Concordato impugnaban sin miramiento al Ilmo. Sr. Perdomo, al señor Nuncio y al mismo Santo Padre, y aparecían como sus celosos simpatizantes. Estas manifestaciones no pudieron sino perjudicar mucho su imagen ante la Santa Sede, además que nunca rectificó las tesis del periódico El Siglo, ni cuando malintencionadamente se interpretaban las actuaciones de la Curia de Bogotá, a la cual pertenecía, y por el contrario era conocida su simpatía y amistad con Laureano Gómez. A pesar de todo esto nadie le oyó una palabra de queja o murmuración. En Popayán organizó la curia realizando nombramientos como el de Provisor en manos del luego Excmo. Sr. Dr. don Jesús Antonio Castro Becerra; fundó Colegios como el de Nuestra Señora del Pilar, celebró el Congreso Mariano, realizó múltiples trabajos pastorales dando importancia a la liturgia, la Acción Católica. Realizó varis visitas pastorales y escribió hermosas circulares y cartas a los fieles caucanos. Trabajó por la formación de los sacerdotes y terminó la construcción del Palacio Episcopal. Intervino en la recuperación de los dineros y venta de bonos de la Corona de Nuestra Señora de la Concepción “corona de los Andes” (perdida en 1936), para deshipotecar los bienes de la catedral. El 29 de septiembre de 1942 decretó prohibición en contra del periódico el Tiempo. En cuanto a las Deificadoras, no se logró llegar a un acuerdo en cuanto al nombramiento de la Madre Superiora ya que Roma deseaba la sustitución de la Madre Ana Atehortúa y, por esto y otras anomalías, la Santa Sede ordenó la disolución de la Congregación los primeros días de enero de 1943, ejecutando tal orden a su regreso a Popayán, hecho que fue muy doloroso para él. Organizó en Popayán el Congreso Mariano Arquidiocesano con presencia de altos jerarcas del país. El 31 de julio de 1943 tuvo entrevista con el entonces Nuncio Apostólico Excmo. Sr. Dr. don Carlos Serena, pero no salió favorecido en Roma por sus actuaciones en Bogotá, acusaciones de las que nunca se defendió y más bien optó por ausentarse del país. De ahí pasó a Rionegro a visitar a su agonizante madre y en agosto de ese año regresó a Popayán donde. Estando la capital del Arzobispado, realizó sus últimas disposiciones y se preparó para partir a Europa. El 28 de diciembre de 1943 partió misteriosamente a Pasto, luego Quito y Guayaquil, rumbo a Europa. Hizo un recorrido a Chile, de ahí a Mendoza y Buenos Aires en Argentina, de ahí a Uruguay y Río de Janeiro -Brasil alrededor de Sudamérica llegando a Trinidad y de ahí, en febrero de 1944 partió en barco hacia las Islas azores y de ahí llegó a España. Probablemente sin que él lo supiera, ya la Santa Sede había decretado que Popayán la sede vacante (Botero Restrepo, 1978).
En Roma pensaba aclarar algunos puntos referentes a cuestionamientos sobre su ministerio, la prensa señalaba erradamente varias teorías sobre su partida. Se señaló que pensaba regresar en febrero pero ya en España, los Capuchinos de la ciudad de Zaragoza donde se encontraba, le informaron que desde el 19 de febrero de 1944 se había declarado vacante la sede de Popayán y que se le había nombrado Arzobispo Titular de Oxirrinco, de las más antiguas ciudades cristianas y que estaba ubicada en la región de Baneseh -Egipto; contaba 52 años de edad. Estando en Madrid fue recibido por el general Franco y decidió radicarse en España definitivamente sin regresar jamás a Colombia. Botero Restrepo señala que consiguió una entrevista con S.S. el Papa Pío XII quien le recomendó no regresar a Colombia y así lo hizo. No regresó, muy a pesar de la insistencia de varios importantes gobernantes colombianos, incluso se pensó en nombrarlo Embajador de Colombia ante la Santa Sede o en la embajada en España, pero encontró muchas dificultades. El Papa, por mediación del nuncio y luego Emmo. Sr. Card. Giobbe, le propuso nombrarlo Visitador de los Seminarios Españoles mientras se propiciaba su regreso a Colombia, pero su deseo era quedarse en España. Se le ofreció al Administración Apostólica de Medellín el 31 de octubre de 1950, pero finalmente no se concretó. Entre tanto permaneció en el país Ibérico con los Agustinos acompañando a los colombianos residentes en España. Realizó varias visitas a lugares y santuarios religiosos de importancia no sólo en España sino en otros países de Europa. Viajó a Tierra Santa en 1950, predicó varios Sermones transmitidos por radio en las Islas Canarias. Recibió varias condecoraciones de parte de instituciones colombianas. Envió un bellísimo manto, velo y su cruz pectoral a la imagen de nuestra Señora de Arma, patrona de Rionegro (imagen coronada en 1958). Ayudó en la fundación del Colegio Miguel Antonio Caro para Universitarios Colombianos en Madrid. Estando en Europa, asistió a tres sesiones del Concilio Ecuménico Vaticano II, donde se encontró con los prelados Colombianos, especialmente los prelados “paisas”, que asistían igualmente a las sesiones. En julio de 1963 celebró sus bodas de oro sacerdotales en el seminario teológico Salesiano al que se vinculó estrechamente. Escribió mucho y bellos poemas y en varios de ellos se trasluce su inquietud y dolor ante sus circunstancias adversas. Antes de participar en la cuarta y última sesión del Concilio, descubrieron que tenía un cáncer grave en los huesos que le había consumido ya cuatro costillas, pero se le vio manifestación alguna nada al respecto. Cuando ya se descubrió su enfermedad recibió numerosas vivitas de parte de personalidades colombianas y Europeas. Su enfermedad duró 3 meses sin poder asistir a la última sesión del Concilio. Los Agustinos lo llevaron a la casa de salud de los Hermanos de San Juan de Dios en la ínsula Tiberiana y allí fue hospitalizado (Botero Restrepo, 1978). Murió en Roma al medio día del 4 de enero de 1966 a los 73 años de edad. Durante 21 años había vivido entre Roma, Londres y Madrid en España. Continua Juan Botero Restrepo señalando que cuando la noticia de la muerte del prelado llegó a Colombia el gobierno de Guillermo León Valencia consigue la repatriación de su cuerpo, así llegaron vía aérea a Bogotá y fue recibido por el presidente aunque su muerte y repatriación fue tratado con gran indiferencia en la capital. La llegada a Medellín en cambio fue apoteósica y de ahí fue llevado a Rionegro y sepultado en la sacristía de la hoy catedral a los pies de la imagen de Nuestra Señora de Arma, donde hoy se encuentra el museo de arte religioso (Botero Restrepo, 1978). Llamado el “Arzobispo Mártir”, este prelado hubiese llegado a las más altas cumbres de la vida eclesiástica como el cardenalato si en cierto momento las circunstancias le hubieran favorecido. Sin duda, como Arzobispo, uno de los más grandes, importantes y recordados de Colombia.
Botero Restrepo, Juan. Monseñor Juan
Manuel González Arbeláez, Gran Signo de Contradicción. Centro de Historia
Sonsón. 1978
Bronx, Humberto. El arzobispo Juan Manuel González Arbeláez
y selección de sus poesías.1966. https://archive.org/stream/elarzobispojuanm00bron#page/28/mode/2up
Mejía
Escobar, Jesús. Obispos Antiqueños. Colección Academia Antioqueña de Historia. 1971.
Págs. 61 -65.
Que pasó en la vida de este obispo!. Pasó por tantas sedes y no se consolidó en ninguna. La mitad de su vida episcopal estuvo retirado en Europa
ResponderEliminarEstuvo demasiado inmiscuido en cuestiones políticas en momentos en que esa era una cuestión muy turbulenta en Colombia. Por eso se frustró su llegada a ser arzobispo de Bogotá, Primado de Colombia y primer cardenal colombiano. La Santa Sede le impuso un exilio forzoso fuera de su país.
EliminarRicardo Zuluaga Gil
Se me olvidó añadir que este arzobispo fue la cabeza de la oposición a la reforma del concordato que intentaron los gobiernos liberales en la década de 1930
EliminarAsí es...
EliminarEste varón religioso es el padre de la violencia religiosa olvidado la verdadera función humanitario de los servidores de Dios era simplemente un fascista con sotana
ResponderEliminarEste varón religioso es el padre de la violencia religiosa olvidado la verdadera función humanitario de los servidores de Dios era simplemente un fascista con sotana
ResponderEliminarWow que interesante escrito, felicidades fue genial leerlo y más después de haber visitado su tumba y ver los dos maravillosos vestidos en oro, que él le obsequió a la Virgen de Arma.
ResponderEliminarVale decir que fue un gran teólogo y que es el autor de la novena a la virgen de su Ciudad natal, se ve que era un fiel amante a María y que sin duda alguna estudió diversos escritos de doctores de la iglesia a cerca de María y Jesús.
Era un gran santo. Mis padres le conocían y le trataron mucho en España. Fue quien los casó y luego nos bautizaría a los hijos mayores. Dejó una estela de santidad.
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